08 diciembre 2016

Expocómic 2016

Hacía tiempo que no pisaba un evento comiquero, probablemente el último fue el decimoquinto Salón Manga de Jerez, aunque no tengo muy claro si al año siguiente me pude pasar un rato..., pero, definitivamente, llevo una buena temporada sin poder asistir a un salón de cómic o de manga, he estado demasiado atareado para ello, incluso en muchas ocasiones ni para leer un tebeo he podido sacar tiempo en los últimos dos años. Pero algún día tenía que tenerlo, así que llevaba planeando acudir a Expocómic 2016 desde inicios de año, sabiendo que lo más seguro es que pudiera pasarme.

Por tanto, se entiende que lo he cogido con ganas, sin por ello esperar ver nada que me sorprendiera o que me fuera a resultar novedoso, pero frotándome las manos ante la posibilidad de conseguir alguna dedicatoria y comprarme alguna obra que me atrajera.

El día elegido fue el domingo (este año el evento solo ha sido de dos días), ¿por qué? Pues porque es un día que se presupone más tranquilo y con menos aglomeraciones y, también, porque era el que firmaba el bueno de Kenny Ruiz, del cual tenía reservado el volumen de El Cazador de Rayos para que al fin me hiciera un dibujito (en la reseña del mismo podéis verlo) tras el intento fallido de 2010. Para ello tuve que levantarme temprano, sí, madrugar un domingo, con lo que me gusta dormir el fin de semana (y el resto de días, pero no hay otra que despertarse temprano si se quiere cobrar a fin de mes), preparar los bocatas (para mí y acompañante), tomar un pequeño desayuno con leche de avena (que descubrí no me sienta muy bien cuando la caliento..., pero mejor no dar detalles al respecto) y partir rumbo al metro donde nos esperaba un trayecto de tres cuartos de hora (aproximadamente).

El cambio de recinto me intrigaba un poco, ya que si bien conozco el IFEMA por haber visitado FITUR y el Salón Internacional del Automóvil, no había tenido la oportunidad (como bien habréis podido dilucidar) de visitarlo en los dos últimos eventos manganime (Japan Weekend y Expomanga), aunque imaginaba que como mínimo se ganaría en espacio y, por tanto en comodidad.
Hecho que comprobamos nada más entrar, primero porque no había colas apenas, en nuestro caso las compramos on-line aprovechando el dos por uno del viernes negro (Black Friday para los entendidos), así que en vez de salir 15 euros por cabeza costó la mitad, un pequeño alivio para el bolsillo; total, no había cola para validar las entradas y cuatro gatos para comprarlas, así que no hubo problemas por el aforo y las esperas interminables para que salga personal. Eso sí, al entrar al recinto, en ese primer vistazo, no fue buena mi impresión, pero no me paré a mirar detalles y me lancé hacia el mini-stand de información para coger número para las firmas y, para mi sorpresa, no es que hubiera mucha gente delante de mí, de hecho a esa hora (sería cosa de las 10) tan solo habían dos personas más. Di mis datos y también me apetecía una firma de Henar Torinos, así que en dicho caso le tocó dar los datos a mi enviada especial en los últimos tiempos. Tras ello solo quedó dar un paseo por el recinto.

Fue aquí cuando fue mejorando mi imagen del recinto y el evento en sí, viendo que había espacio suficiente entre los puestos, que había un número aceptable de ellos y que no todos eran exclusivamente de figuras y camisetas (aunque de esos no faltaban, no podía ser de otra forma), sino que se podía adquirir cómics más o menos variados de tiendas y editoriales (desde la cadena Fnac hasta librerías de coleccionistas, pasando por Norma Editorial, Ponent Mon o Fandogamia). A ellos se le unían el Artist Valley ya habitual por suerte, la zona de juegos de mesa, el escenario principal donde se hacían demostraciones de sables láser o el concurso cosplay, un rincón para arte urbano, un espacio muy amplio para comida con notable variedad de puestos, un pequeño espacio para fanzines (alguno cayó), una zona arcade donde eché alguna partida al Street Fighter III y gané y todo e, incluso, y aquí he de decir que me sorprendieron, un ring donde hicieron exhibiciones de wrestling. A ello había que sumar algunos stand más publicitarios, como el de Galp, Car2Go, Microsoft Surface o HP, en este último probé en dos ocasiones, por cierto, el HTC Vive, unas gafas de realidad virtual. En la primera ocasión era una demo bastante sencilla donde estaba en una especie de sala de cine virtual y, más tarde, pude jugar una partida a un juego de disparos simple pero que resultaba bastante divertido; eso sí, con el inconveniente de que las gafas estaban un poco empañadas, hecho que dificultaba la visión.
 
También hay que mencionar que se acordaron de los peques y había zonas específicas para ellos, una de Lego, con muchas piezas para montar, otra donde hacían diversos talleres como uno de animación stop-motion, otra zona de Imaginarium, y también otras dedicadas al dibujo y sus materiales, así como, aunque esto pensado para gente más crecidita, algún puesto dedicado al diseño (un par de impresoras 3D había y todo). Y dicho esto, puede que me deje algo en el tintero (como las exposiciones, la de Don Quijote molaba mucho)...

A todo esto, mientras miraba los puestos y buscaba alguna obra de Henar Torinos para que me firmara, me di cuenta de que por alguna extraña razón la había confundido con Kaoru Okino, así que iba con el chip de encontrar un tomo de Ugnis, pero a pesar de percatarme del lapsus no vi ninguna obra de la autora que no tuviera, así que llegado el momento mandé allí a mi representante con la esperanza de que la propia Henar supiera que en algún stand tenían Tragedy, pero no hubo suerte, pero como la chica es muy maja me hizo igualmente un dibujo la mar de molón (por aquí lo dejo para que ilustre la entrada) y, por supuesto, conseguí la dedicatoria del siempre locuaz Kenny Ruiz, que esperemos que pueda algún día publicar el quinto y sexto tomo de Dos Espadas, pero por ahora estaremos atentos a la salida de su nueva obra en los lápices, de la que Víctor Santos se encarga del guion, que saldrá a la luz la próxima primavera. Con ello conseguí mi objetivo, pero me quedé un poco con las ganas de una firma de Belén Ortega, gran ilustradora, pero seguro que otro día iré más preparado para ello.
La ilustración de Henar Torinos.
Por cierto, un detalle que llamó mi atención, es que este año no dieran cómic con la entrada (ni el clásico libreto con información de autores, así como con un pequeño cómic), pero luego se hizo evidente que no era un detalle relevante, puesto que había un par de espacios (uno junto al stand de Norma) donde habían colocados pilas de diferentes obras (Elfquest, Anthology 451, Quinto: no matarás, y un par más, entre ellas había una con dibujo de Belén Ortega..., pero cuando fui consciente de ello no quedaban ejemplares) que se podían tomar a discreción, por lo que el detalle señalado era, desde luego, irrelevante.

A lo largo del día y ancho del evento dimos vueltas para uno y otro lado, nos hicimos fotos con los dos xenomorfos (muy currado el fabricado a base de tuercas y demás piezas metálicas), con un orco y Bella y Bestia, compré varios tomos (todos de autoras españolas, como podéis ver en la foto) y algún regalito, comimos los bocatas, seguimos dando vueltas, vimos a los cosplayeros actuando (algunos lograron emocionarme) y el desfile posterior (muy currados la mayoría de los disfraces), y, llegadas las 19 horas y algunos minutos, pues estábamos un poco cansados y, sobre todo, temía caer en la tentación de comprarme otro tebeo (y en estos momentos se da la casualidad que me quedan varios por leer, y no es cuestión de acumular más), partimos rumbo al hogar.
El material adquirido.
En definitiva, no sé si fue por la compañía, porque hacía mucho tiempo que no me pasaba por un salón, o incluso por el nuevo recinto y nueva organización, la cuestión es que el Expocómic 2016 ha sido un grato evento, un día la mar de agradable durante el cual me han dolido los pies en varias ocasiones, pero en los que no recuerdo haberme aburrido en ningún momento. De hecho, aun habiendo pasado solo unas horas de su finalización en el momento que escribo estas líneas, incluso lo añoro*.


*Añoranza que quizá se convierta en nostalgia, pues la organización ha decidido, en pos de la comercialidad, cambiar la denominación del evento a Heroes Comic Con Madrid (igualmente el Expomanga se llamará desde la próxima edición Heroes Manga Madrid).

2 comentarios:

Santiago Bobillo dijo...

¡Buen botín!

Me alegra que tras tanto tiempo ausente pudieses volver a acudir a un evento comiquero y, naturalmente, que lo hayas pasado tan bien. Estuve yo también en la cola para Kenny el domingo, una lástima no haber sabido que te tenía prácticamente al lado, pero en fin, ya nos desvirtualizaremos en otra ocasión.

Neovallense dijo...

Pues sí, se ve que descansar una temporada (aunque sea de manera un tanto forzosa) también ayuda a aumentar la diversión. Tengo que leerme tu crónica...

Por cierto, pa mí que sí nos hemos "desvirtualizado", aunque de forma inconsciente xD

Saludos ^^