30 enero 2014

Un amor entre dos mundos

A pesar de haber leído más de una crítica, y no pocos comentarios, aseverando que Un amor entre dos mundos (Upside Down, 2012) era un experimento bonito, de propuesta original, pero resultado fallido, el tráiler del segundo largometraje de Juan Solanas (Nordeste) me causó tan buena impresión, y su idea me pareció tan fresca, que decidí concederle una oportunidad para, por mí mismo, descubrir sus aciertos y fracasos.

Nos encontramos en un sistema solar desconocido donde se da la excéntrica paradoja de que hay dos planetas que comparten la misma órbita y que casi se rozan, pero que nunca llegan a hacerlo gracias a la peculiar gravedad que tienen. En el Planeta de Abajo vive Adam, huérfano que se dedica a pasear por las montañas y que un buen día sube tan alto, traspasando la zona prohibida, que tiene un encuentro con una niña del Planeta Superior. Pasan los años y siguen viéndose a escondidas, evadiendo las brigadas fronterizas si hace falta, pues está terminantemente prohibido que haya contacto entre los habitantes de ambos mundos. Pero son descubiertos y separados. Más tarde Adam buscará la forma de reencontrarse con su amada.

Es una pena, pero sí, el libreto escrito por Juan Solanas y Santiago Amigorena parte de una idea original (aunque tendría que ver Other Earth para comprobar sus similitudes) que no han sabido, o podido, desarrollarla de tal manera como para exprimir todo su potencial. Se podría haber hecho una gran distopía con la pedazo de metáfora de tener dos planetas que cohabitan hasta tal punto que sus habitantes se pueden ver si miran al techo de su oficina, pero aunque es algo que está perfilado, se centra de tal modo en la historia de amor, que no deja apenas espacio para nada más. Tampoco digo que sea malo que la trama gire en torno a los tortolitos, pero aún así se podría haber enfocado de manera que hubiera más drama, que se mostrara de una forma más siniestra, a través de la atmósfera quizá, el tipo de sociedad en la que viven Adam y Eden. Además la historia de amor no es, salvo por las circunstancias planetarias y gravitacionales, novedosa. Es otra versión de Romeo y Julieta, solo que con un final edulcorado.

Ahora bien, el film tampoco es un desastre. Tarda en arrancar, al menos a mí me costó un poco entrar en la película a pesar de la belleza de cada uno de sus planos, pero a partir del momento que descubren a los dos amantes, en el instante que aparece el conflicto, la historia cobra mayor interés y los minutos pasan más rápidos. Prácticamente hasta la parte final el film es un buen entretenimiento, a lo que hay que añadir que visualmente es una obra que casi satura de tantas imágenes espectaculares que tiene. No obstante, en el último tramo, y sin dejar de ser hermosa estéticamente, baja de nuevo el listón después de una poca creíble recuperación de la memoria (no porque acontezca, sino por cómo lo hace, de manera un tanto brusca), acabando, como he apuntado en el anterior párrafo, con un final feliz con exceso de azúcar.

Jim Sturgess (El atlas de las nubes, 21: Blackjack) es un actor que cada vez me gusta más, y es el encargado de encarnar a Adam, el soñador enamorado, que hace lo que sea por volver a abrazar a su amada, no saltan chispas cuando está con su Eden, Kirsten Dunst (Melancolía), pero al menos la química entre ambos no es inexistente. Les acompañan en el reparto el bueno de Timothy Spall (Secretos y mentiras), Blu Mankuma (Mira quién habla), Nicholas Rose (New Year) y James Kidnie (Mimic), entre otros.

Buena y original idea inicial, llevada a la gran pantalla con una propuesta visual deslumbrante, para por desgracia seguir por caminos largamente transitados. Así, Un amor entre dos mundos es un filme irregular, no está por completo malogrado, pero se queda en la superficie de lo que podría haber sido una historia inquietante y trágica.


LO MEJOR:
-Visualmente es realmente bonita, tiene una gran fotografía y (muchísimos) planos de gran belleza estética.

LO PEOR:
-La idea es muy buena, pero no se le ha sacado todo el jugo que se podría, quedándose en la superficie.

¿Quién debería verla?
Quien quiera ver un film original y visualmente brillante.

¿Y quién no?
Quien tenga muchas expectativas.

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